Patrones mentales

Lo que optemos por creer se convierte en realidad, en nuestra verdad.
Todo es resultado de nuestros patrones de pensamientos internos.
Cada una, cada uno, somos la única persona que piensa dentro de nuestra mente. Somos el poder y la autoridad en nuestro mundo.
Evitemos los pensamientos que crean problemas y sufrimientos.

Por ejemplo:

Problema: Acidez. Causa: Profundo miedo
Problema: Adicciones. Causa: Huir de uno mismo. No saber cómo amarse.
Problema: Ansiedad. Causa: No se confía en el proceso de la vida.
Problema: Apetito Excesivo. Causa: Miedo, necesidad de protección.
Problema: Pie de Atleta. Causa: Frustración por no ser aceptado. Miedo de avanzar.
Problema: Dolor de cabeza. Causa: Autocrítica y temor.
Problema: Cáncer. Causa: Resentimientos guardados desde mucho tiempo atrás. Un profundo secreto o dolor que corroe. Sentir odio, inutilidad.

Aceptémonos, liberémonos de pensamientos dañinos, y nos liberaremos de las enfermedades.

¡A la basura!

Cuando aseamos una habitación a conciencia, recogemos y examinamos todo lo que tenemos ahí. Veremos cosas con amor y las sacudiremos o limpiaremos con cuidado para hacer que brillen y luzcan nuevamente toda su belleza. Otras cosas requerirán repararse o reactivarse y lo tendremos en cuenta para después. Pero hay otras que no nos volverán a servir, y que lo mejor es deshacerse de ellas ya. Ya no sirven, ya no funcionan, ya no tienen reparación, no nos gustan ya, etc. Y con toda tranquilidad procedemos a echarlas al bote de la basura, sin que ello nos signifique conflicto o enojo.

Cuando limpiamos nuestra casa mental es lo mismo. Es normal que llegue el momento de deshacerse de algunas convicciones o creencias, actitudes y comportamientos. Y hay que dejarlas ir igual que cuando tiramos la basura en el bote.

¿Buscaríamos en la basura de ayer, para preparar la cena de esta noche? ¡Guácala! ¿Necesitamos hurgar en la basura mental para crear las experiencias de mañana? ¡¡No!! Si un pensamiento, actitud, creencia, idea ya no nos sirve... hay que deshacerse de ella... ¡A la basura!

Nota: En México el 14 de febrero fue Día de la Amistad. Correspondiendo a quienes me han incluido entre sus amistades virtuales, pongo las mías. Gracias por no dejarme sola.

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Adiós... pero al pasado

Basta ya de lamentaciones.
Voy a levantarme el ánimo yo sola, sin necesidad de terapia. Voy a "lavarme el coco" con buenos pensamientos que les pasaré al costo. Tal vez a alguien de ustedes también les sirva, o por lo menos que les robe una sonrisa. Comienzo con lo siguiente:

Todo comienza con un pensamiento. Si no tienes el pensamiento, no tendrás el sentimiento. Si cambiamos el pensamiento, el sentimiento se irá, y vendrá el sentimiento que sí queremos haber pensado.
Por ejemplo: estoy deprimida porque volví a subir de peso. Tengo que cambiar ese pensamiento. Si lo cambio, dejaré de sentirme deprimida por esa razón.
Y parte de ese proceso de cambiar de pensamiento es dejar de odiarnos a nosotros mismos y dejar de sentirnos cul-pa-bles.
La culpa viene porque nos duele no poder cambiar el pasado. ¿Pero para qué cambiarlo? Ademas no podemos. Ya pasó. Pero sí podemos cambiar, en su lugar, nuestra actitud y nuestros pensamientos acerca del pasado. Dejar de castigarnos por lo que hicimos o dejamos de hacer.
¿Comí demás? ¿Subí de peso otra vez? ¿No he regresado con el médico? ¿Me siento sola? ¡Qué importa! Basta. Ya fue.
Ahora cambio mis pensamientos. Para empezar, me perdono a mí misma, y con ello me libero. Retomo el objetivo de amarme y aprobarme a mí misma.
Soy comprensiva y amable conmigo misma. Ya no me critico más. Ahora me apruebo. Todo está bien, todo marcha como debe marchar, todo fluye. Así sea.