Adiós... pero al pasado

Basta ya de lamentaciones.
Voy a levantarme el ánimo yo sola, sin necesidad de terapia. Voy a "lavarme el coco" con buenos pensamientos que les pasaré al costo. Tal vez a alguien de ustedes también les sirva, o por lo menos que les robe una sonrisa. Comienzo con lo siguiente:

Todo comienza con un pensamiento. Si no tienes el pensamiento, no tendrás el sentimiento. Si cambiamos el pensamiento, el sentimiento se irá, y vendrá el sentimiento que sí queremos haber pensado.
Por ejemplo: estoy deprimida porque volví a subir de peso. Tengo que cambiar ese pensamiento. Si lo cambio, dejaré de sentirme deprimida por esa razón.
Y parte de ese proceso de cambiar de pensamiento es dejar de odiarnos a nosotros mismos y dejar de sentirnos cul-pa-bles.
La culpa viene porque nos duele no poder cambiar el pasado. ¿Pero para qué cambiarlo? Ademas no podemos. Ya pasó. Pero sí podemos cambiar, en su lugar, nuestra actitud y nuestros pensamientos acerca del pasado. Dejar de castigarnos por lo que hicimos o dejamos de hacer.
¿Comí demás? ¿Subí de peso otra vez? ¿No he regresado con el médico? ¿Me siento sola? ¡Qué importa! Basta. Ya fue.
Ahora cambio mis pensamientos. Para empezar, me perdono a mí misma, y con ello me libero. Retomo el objetivo de amarme y aprobarme a mí misma.
Soy comprensiva y amable conmigo misma. Ya no me critico más. Ahora me apruebo. Todo está bien, todo marcha como debe marchar, todo fluye. Así sea.